domingo, 6 de marzo de 2016

Al otro lado de la meta

Sólo un runner entenderá lo que voy a describir a continuación.
Llevo más de un mes parada por una lesión, concretamente 38 días sin pisar asfalto y quemar zapatillas.

Días que además del dolor físico, me esta costando un dolor psicológico que creo nunca había conocido, al parecer estoy pasando el síndrome de abstinencia de mi chute de endorfinas diario. Ese chute que nos hace ver la vida de otro modo después de hacer kms.
Estoy como un drogadicto pasando el mono, un mono que intento aliviar viendo a mis compañeros runners entrenar, competir.
Los veo correr, los veo disfrutar, los veo competir y yo sigo conformandome con observarlos y ver como se superan día a día.

Sólo un runner sabe que la paciencia no es la mejor compañera, pero que al final se hace tu mejor amiga.
Sólo un runner sabe lo que es esperar a no sentir dolor y volver a quemar zapatilla.
Sólo un runner sabe que los kms acumulados son tus mejores aliados.
Sólo un runner sabe lo que es sacar tiempo para entrenar, que no nos importa levantarnos de madrugada sí es necesario, que no nos para ni el frío, ni la lluvia, ni la nieve, ni el calor.
Sólo un runner sabe que es levantarse cada vez que se cae.
Sólo un runner sabe que el mejor piropo que nos pueden decir es que estamos locos.
Sólo un runner sabe lo que es estar al otro lado de la meta esperando poder cruzarla en la próxima carrera.
Sólo nosotros sabemos que es llorar por no poder correr, mientras alguien nos dice eso de "correr es de cobardes".
Un runner, corre, vive, llora, sueña, entrena y lucha para conseguir estar al otro lado de la meta.

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